PSICOLOGÍA

El colecho, causas, efectos y contraindicaciones PARTE 2

Estabamos en…

¿Qué pasaría entonces si no les damos a los niños el espacio y/o los estímulos adecuados para su desarrollo?

¿El colecho permite que se dé el desarrollo psíquico de manera adecuada?

Algunas respuestas y efectos posibles:

  1. El colecho podría generar dificultades en la constitución del espacio psíquico propio. Al compartir la cama con los papás, el bebé podría tener dificultades para establecer límites claros entre su mundo interno y el de los papás. Esto podría interferir en su capacidad para desarrollar un sentido de individualidad y autonomía, lo que es esencial para la construcción de su identidad y su psiquismo.
  2. Interferencia en la elaboración de la fantasía: La fantasía es una parte importante del desarrollo psíquico del bebé, ya que le permite crear y representar internamente sus propias experiencias y emociones. El colecho podría interferir en la elaboración de la fantasía del bebé, ya que la presencia física y constante de los papás puede dificultar la necesaria distancia psíquica que el bebé necesita para desarrollar su mundo imaginario.
  3. Dificultades en la simbolización: La simbolización es un proceso fundamental en el desarrollo psíquico del bebé, ya que le permite representar y dar sentido a su realidad interna y externa. El colecho podría plantear dificultades en la simbolización del bebé, ya que la presencia física y constante de los papás podría hacer que el bebé dependa más de la realidad concreta y sensorial, en lugar de desarrollar su capacidad para simbolizar y representar internamente su mundo.
  4. Riesgo de fusión y confusión de roles: Al compartir la cama, los límites entre el rol de cuidador y el rol de bebe pueden ser difusos y por ende el bebé podría fusionar su incipiente constitución psíquica a la de sus padres sin discriminarse claramente de ellos o si logra discriminarse de ellos podría entrar en estados confusionales cuando la presencia excesiva de los padres no le permita distinguir lo propio de su mundo interno con el mundo de los padres.
  5. Dificultades para desarrollar la individualidad: El colecho podría dificultar la capacidad del bebé para desarrollar una sensación de individualidad y una representación mental clara de sí mismo como un ser separado de los papás. El compartir la cama con los papás puede confundir los límites entre el mundo interno y el mundo externo del bebé, lo que puede tener implicaciones en su proceso de individuación y desarrollo de una identidad separada.
  6. Dependencia excesiva: El colecho también podría crear una dependencia excesiva del bebé a la presencia física de los papás para poder conciliar el sueño. Esto puede resultar en una incapacidad para aprender a autorregularse y conciliar el sueño de forma independiente, lo que puede tener implicaciones en el desarrollo de la autonomía y la capacidad de enfrentar los desafíos emocionales y prácticos de la vida cotidiana.
  7. Dificultades para establecer límites: La falta de límites claros en el colecho podría dificultar el establecimiento de límites y la comprensión de la noción de propiedad y territorio. Esto puede tener consecuencias en la capacidad del niño para comprender y respetar los límites de los demás en diferentes contextos sociales y emocionales.
  8. Riesgo de sobreestimulación: Compartir la cama con los papás podría exponer al bebé a estímulos constantes, como los movimientos y ruidos de los papás durante la noche. Esto puede interferir en la calidad del sueño del bebé y contribuir a una sobreestimulación que afecte su desarrollo emocional y cognitivo. 
  9. Dificultades en la intimidad de los papás: el colecho tiene implicaciones directas en la intimidad de los papás. El compartir la cama con el bebé puede afectar la calidad de la vida sexual y emocional de los papás, lo que puede tener un impacto en su relación de pareja y en su capacidad para brindar una atención adecuada al bebé.

Otros riesgos adicionales de la práctica del colecho

  1. Riesgo de asfixia: Uno de los mayores riesgos asociados con el colecho es el riesgo de asfixia del bebé. Los bebés pueden quedar atrapados entre los cojines, las sábanas o la ropa de cama de la cama de adulto, lo que puede dificultar su capacidad para respirar. Además, los padres pueden involuntariamente rodar sobre el bebé durante la noche, lo que también puede causar asfixia. Esto es especialmente preocupante en los casos de padres que duermen profundamente, que toman medicamentos que causan somnolencia o que consumen alcohol o drogas.
  2. Riesgo de caídas: Los bebés y niños pequeños que comparten la cama con los adultos también corren el riesgo de caerse de la cama. Aunque muchas camas tienen barreras laterales o barandillas, estas no siempre son efectivas para prevenir caídas. Los bebés y niños pequeños pueden moverse y caerse de la cama durante la noche, lo que podría resultar en lesiones.
  3. Alteraciones del sueño de los padres: El colecho también puede tener un impacto negativo en el sueño de los padres. Los bebés y niños pequeños son conocidos por sus patrones de sueño irregular y pueden moverse o hacer ruidos durante la noche, lo que puede interrumpir el sueño de los padres. Esto puede llevar a una falta de sueño y tener un impacto negativo en la salud y el bienestar de los padres a largo plazo.
  4. Riesgo de infecciones: Compartir la cama con un bebé también puede aumentar el riesgo de infecciones para el bebé. Los bebés tienen sistemas inmunológicos inmaduros y pueden ser más susceptibles a infecciones como el resfriado común, la gripe y otras enfermedades transmitidas por el aire.

Contraindicaciones:

En resumen, el colecho es una práctica que se ha extendido en exceso y que incluso se ha difundido por algunos medios de manera errónea como saludable y por las razones expuestas claramente no lo es. La situación social generada por el aislamiento y los temores durante la pandemia de la Covid-19 generó un aumento de casos de colecho y por ende más efectos hiatrogénicos en los bebés y luego en los niños. 

Por las razones expuestas existen riesgos tanto físicos como afectivo –emocionales (psicológicos) que nos llevan a contraindicar el colecho como práctica sistemática e incluso eventual. 

Sugerimos a los padres buscar diferentes alternativas para lograr que el niño concilie el sueño en su propio espacio (cuna o cama) y en caso de no poder lograrlo consultar con un profesional que los oriente al respecto teniendo en cuenta que cada familia y cada niño son únicos e irrepetibles y que las posible respuestas o soluciones deben tomar en cuenta múltiples estrategias de las cuales serán elegibles aquellas aplicables específicamente para cada caso. 

Lic. Diego Venturini

M.P. 71242 M.N. 23510 | Coordinador del área Psicología de Domus

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