PSICOPEDAGOGÍA

Se puede mimar a nuestros hijos sin sobreprotegerlos??

Elijo empezar este año con este tema ya que es algo recurrente en mis entrevistas con padres. 

Cuanto es bueno que les demos a nuestros hijos sin generar chicos y chicas despóticos que se vuelven exigentes y controladores?. Pequeños tiranos a quienes nosotros dimos oportunidades de convertirse en tales.

Deberíamos primero aclarar la cuestión. 

Entiendo por sobreprotección  todo lo que los padres hacen por el hijo y no permiten que pueda hacerlo solo. Los motivos pueden ser múltiples. Puede ser porque consideran que lo hacen mejor “vos no podes dejame a mí”, o para hacerlo más rápido  “dame que llegamos tarde”, o por falta de confianza. En realidad por falta de confianza en su propia capacidad para enseñarles.

En todos los ejemplos dados, y tantos otros más, lo que se pone en juego es cómo nos vemos nosotros en el rol de progenitores, cómo hemos sido criados, cómo fueron nuestros propios padres con nosotros, cual era nuestra idea acerca de la maternidad/paternidad, etc.

La primera certeza que tengo es que siempre hay un acto de amor en cada una de estas situaciones, un amor genuino, un amor que trasciende toda manera de ser explicado. Entonces, que puede llevar a un adulto que ama a sus hijos a hacerlo? a tener esta conducta que limita, que no les permite crecer? 

Pienso en varias cuestiones. Puede aparecer una gran autoexigencia en nuestro papel de padres, de no poder permitirnos equivocarnos, que esto tenga consecuencias a futuro en nuestros hijos; o la dificultad de verlos sufrir…todo el tiempo escucho “no quiero que se frustre” y es así que damos y hacemos más de lo que imaginamos por nuestros pequeños.

Todo esto sería diferente si lo hacemos  porque nos da placer mimarlos, placer, simplemente eso. Ayudarlos, hacer cosa por ellos pero sabiendo que ellos lo pueden hacer solos, generando en nosotros y en ellos una sensación de bienestar que nos atraviesa. 

El gran desafío sería entonces decidir cuándo y cuanto buscar facilitar y acompañar la toma de decisiones y permitir que los peques se equivoquen, prueben, piensen, resuelvan y cuando y cuanto hacemos por ellos ya que creemos o pensamos que no son capaces de hacerlo solos.

Entonces… tengamos en cuenta lo siguiente: 

LOS MIMAMOS PORQUE NOS DA PLACER A NOSOTROS O A ELLOS, O PORQUE LES HACE BIEN, PERO NO PORQUE LO EXIGEN! 

Hay una sutil pero gran diferencia en esto, y es ahí donde hay aprendizaje, ya que mimándolos aprenden a mimar y lo hacen con otros, incluso con nosotros mismos.

Lic. Viviana Esteves

MP 137214 | Psicopedagoga | Coordinadora Área Psicopedagogia Domus

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